Los milagros de Jesús son uno de los signos más impactantes de su divinidad. A través de ellos, no solo sanó y ayudó a miles de personas, sino que reveló el poder de Dios y anunció la llegada del Reino. Cada milagro es un gesto de amor, una enseñanza viva y una invitación a la fe.
¿Qué es un milagro en la fe cristiana?
Un milagro es un hecho extraordinario que supera las leyes naturales y que solo puede explicarse por la intervención divina. En los Evangelios, Jesús realiza milagros para mostrar la misericordia de Dios, confirmar su misión y llamar a la conversión del corazón.
¿Cuántos milagros hizo Jesús?
En los Evangelios se registran más de 35 milagros realizados por Jesús. Algunos autores agrupan los milagros en tres grandes tipos:
- Milagros de sanación: curaciones físicas y espirituales.
- Milagros sobre la naturaleza: dominio sobre los elementos.
- Exorcismos y resurrecciones: liberación del mal y victoria sobre la muerte.
Principales milagros de Jesús
1. La transformación del agua en vino
(Juan 2,1-11)
El primer milagro público de Jesús en las bodas de Caná. Convirtió el agua en vino, manifestando su gloria y mostrando que Dios se preocupa incluso por las alegrías humanas.
2. La multiplicación de los panes y los peces
(Mateo 14,13-21; Marcos 6,30-44)
Con solo cinco panes y dos peces, alimentó a más de cinco mil personas. Un signo del amor generoso de Dios y de la Eucaristía que vendría.
3. Calmar la tempestad
(Marcos 4,35-41)
Jesús manda al viento y al mar que se calmen. Una muestra de su poder sobre la naturaleza y una invitación a confiar incluso en medio de la tormenta.
4. Caminar sobre las aguas
(Mateo 14,22-33)
Jesús camina sobre el mar y llama a Pedro a hacer lo mismo. Un milagro que habla de fe, valentía i confiança total en Déu.
5. La resurrección de Lázaro
(Juan 11,1-44)
Jesús devuelve la vida a Lázaro después de cuatro días muerto. Este milagro anticipa su propia resurrección i proclama su victoria sobre la muerte.
6. La curación del ciego de nacimiento
(Juan 9,1-12)
Jesús devuelve la vista a un hombre que nunca había visto. No solo sana sus ojos, sino que ilumina su vida entera.
7. Sanación de un leproso
(Marcos 1,40-45)
Jesús toca y cura a un hombre con lepra, enfermedad considerada impura. Con este gesto rompe barreras i muestra la cercanía de Dios.
8. Liberación de personas poseídas
(Marcos 5,1-20; Lucas 8,26-39)
Jesús expulsa demonios y devuelve la paz a las personas dominadas por el mal. Sus exorcismos muestran que el Reino de Dios ya está presente.
9. Curación de la hemorroísa
(Marcos 5,25-34)
Una mujer enferma desde hacía años toca el manto de Jesús y queda sana. Su fe fue la llave del milagro.
10. Resurrección de la hija de Jairo
(Marcos 5,21-24.35-43)
Jesús toma de la mano a la niña y le dice: “Talita kum”, que significa: “Niña, a ti te digo: ¡Levántate!”.
¿Por qué Jesús hacía milagros?
Los milagros no eran trucos ni espectáculos. Jesús los realizaba para:
- Manifestar la presencia y el poder del Reino de Dios.
- Mostrar la compasión de Dios por el sufrimiento humano.
- Confirmar su identidad como el Hijo de Dios.
- Despertar la fe de quienes le escuchaban.
¿Dios sigue haciendo milagros hoy?
La Iglesia cree firmemente que Dios sigue obrando milagros. A veces son extraordinarios, otras veces silenciosos, en el corazón de las personas. La fe, la oración y la apertura del corazón siguen siendo caminos por los que Dios actúa en el mundo.
Los milagros de Jesús no son solo relatos antiguos: son señales vivas del amor de Dios. Recordarlos es renovar la fe en su poder, en su presencia y en su deseo de salvarnos. Hoy, como entonces, Jesús sigue obrando en nuestras vidas.